El día más feliz en la vida de Chapa y Castel fue hoy, cuando nos enteramos que el entrenamiento que nos había prometido El Diego con Bilardo, se nos iba a dar.
Ya estaba confirmado todo. Pero obviamente, uno tiene esos “mieditos” de que no venga. A eso de las 5 de la tarde, vemos llegar al Doctor en su auto. “Chicos, traten de no joderlo mucho a Diego con las fotos y eso. En todo caso, al final del entrenamiento se sacan una grupal”, fueron las palabras que dijo después de su saludo. A los 5 minutos, en otro auto, se abre una puerta y ahí baja. Si, era él. Diego Armando Maradona. “Hola chicos. Gracias por invitarme” dijo, “no Diego, nosotros te tenemos que agradecer a vos por esto”, dijo Chapa casi llorando.
Tras una pequeña charlita, El Narigón y Maradona comenzaron. “Hay que hacer un 4-3-3 Carlos” fueron las palabras del Barrilete Cósmico.
En un principio, a Castel lo pusieron a jugar de enganche y a Chapa de un 9 medio lateral, una cosa rara. Pero con el correr del entrenamiento, los dos terminamos jugando de 5. Ya con El Chapa jugando en el medio, Diego se le acerca y le digo: “Dieguito. Le prometí a mis amigos que si hoy jugaba al fútbol con vos, bajaba 30 kilos para Junio”, “Bien gordo. Bien” respondió chocando su palma derecha con la mía.
Eran mas los nervios y el peso de la presencia del magnate los que se adueñaban de los 14 jugadores que estábamos ahí, que cualquier otra cosa.
De pronto, la gente vino a mirar el entrenamiento. Nos vimos ser envidiados por una masa de personas.
“Gordito. Corriste más hoy que en toda tu vida eh” le dijo el ídolo a Chapa. “¡Que buen pase flaco!”, las palabras a Castel.
A las 7.40, el entrenamiento finalizó y Diego se puso a charlar con nosotros. Nos dijo que le poniamos muchas ganas y otras cosas que no recuerdo, ya que estaba muy emocionado.
“Dale chicos. Dale. Una foto con el equipo vamos” dice El Doc. Todos queriamos salir cerca de Dieguito.
Nos pusimos, y Castel agachado se puso debajo de él. “Flaco. No te levantes que me tapas eh”, le dijo con ironía.
Terminada la foto, Diego me dice: “Gordo, mirá que en Junio voy a venir para verte con los 30 kilos abajo eh”. “Si Diego. Se lo aseguro. Ahora, tengo fotos con todos mis ídolos, pero no tengo una con vos. ¿Puedo sacarme?”, “dale. No hay problema”.
A partir de ahí, nuestras vidas cambiaron de rumbo. Nuestras vidas se transformaron en otras.
Cuando Chapa vio que D10S se había ido, comenzó a compungirse. Comenzó a lagrimear. Es por eso que intentó esconderse, pero no le dio resultado. Me esperaba risas y cargadas hacia mí. Todo lo contrario. Fueron palabras de aliento y apoyo. Fueron palabras que me calmaron. Palabras que terminaron con la emoción para dar lugar a la realidad, que fue que jugamos con Diego.
Antes que nada, quiero aclarar que los pelotudos que dicen que es un soberbio y un agrandado, se equivocan. El tipo fue uno más. El tipo fue una persona excelente. Así que no jodamos...
Ya estaba confirmado todo. Pero obviamente, uno tiene esos “mieditos” de que no venga. A eso de las 5 de la tarde, vemos llegar al Doctor en su auto. “Chicos, traten de no joderlo mucho a Diego con las fotos y eso. En todo caso, al final del entrenamiento se sacan una grupal”, fueron las palabras que dijo después de su saludo. A los 5 minutos, en otro auto, se abre una puerta y ahí baja. Si, era él. Diego Armando Maradona. “Hola chicos. Gracias por invitarme” dijo, “no Diego, nosotros te tenemos que agradecer a vos por esto”, dijo Chapa casi llorando.
Tras una pequeña charlita, El Narigón y Maradona comenzaron. “Hay que hacer un 4-3-3 Carlos” fueron las palabras del Barrilete Cósmico.
En un principio, a Castel lo pusieron a jugar de enganche y a Chapa de un 9 medio lateral, una cosa rara. Pero con el correr del entrenamiento, los dos terminamos jugando de 5. Ya con El Chapa jugando en el medio, Diego se le acerca y le digo: “Dieguito. Le prometí a mis amigos que si hoy jugaba al fútbol con vos, bajaba 30 kilos para Junio”, “Bien gordo. Bien” respondió chocando su palma derecha con la mía.
Eran mas los nervios y el peso de la presencia del magnate los que se adueñaban de los 14 jugadores que estábamos ahí, que cualquier otra cosa.
De pronto, la gente vino a mirar el entrenamiento. Nos vimos ser envidiados por una masa de personas.
“Gordito. Corriste más hoy que en toda tu vida eh” le dijo el ídolo a Chapa. “¡Que buen pase flaco!”, las palabras a Castel.
A las 7.40, el entrenamiento finalizó y Diego se puso a charlar con nosotros. Nos dijo que le poniamos muchas ganas y otras cosas que no recuerdo, ya que estaba muy emocionado.
“Dale chicos. Dale. Una foto con el equipo vamos” dice El Doc. Todos queriamos salir cerca de Dieguito.
Nos pusimos, y Castel agachado se puso debajo de él. “Flaco. No te levantes que me tapas eh”, le dijo con ironía.
Terminada la foto, Diego me dice: “Gordo, mirá que en Junio voy a venir para verte con los 30 kilos abajo eh”. “Si Diego. Se lo aseguro. Ahora, tengo fotos con todos mis ídolos, pero no tengo una con vos. ¿Puedo sacarme?”, “dale. No hay problema”.
A partir de ahí, nuestras vidas cambiaron de rumbo. Nuestras vidas se transformaron en otras.
Cuando Chapa vio que D10S se había ido, comenzó a compungirse. Comenzó a lagrimear. Es por eso que intentó esconderse, pero no le dio resultado. Me esperaba risas y cargadas hacia mí. Todo lo contrario. Fueron palabras de aliento y apoyo. Fueron palabras que me calmaron. Palabras que terminaron con la emoción para dar lugar a la realidad, que fue que jugamos con Diego.
Antes que nada, quiero aclarar que los pelotudos que dicen que es un soberbio y un agrandado, se equivocan. El tipo fue uno más. El tipo fue una persona excelente. Así que no jodamos...